En el lugar donde el ilustre club Exit solía ser la meca de la escena gay de Ámsterdam, acaba de abrir sus puertas el nuevo club gay NYX. Bajo el lema "después de NYX sale el sol", la famosa Reguliersdwarsstraat recupera por fin su discoteca gay. En el club de ambiente underground, con un guiño gordo a Berlín, los gays bailan codo con codo con los heterosexuales. El club, de tres plantas, se caracteriza por su interior industrial de ladrillo, hormigón, hierro oxidado y vigas de soporte acabadas en purpurina.