La Sala Ruysch es el salón de Oriente. Pasar el rato en cómodos sofás. Escuchar buena música. Jugar a un juego de mesa. Leer el periódico en la espaciosa mesa de lectura. O disfrutar de un bocadillo bien relleno en uno de los acogedores rincones. En De Ruyschkamer no hay alboroto, ni modernidad, ni un interior superlimpio, sólo la vieja comodidad holandesa en un ambiente de los años setenta. Como visitar a los amigos en casa. Los zumos caseros y los deliciosos sándwiches que venden son famosos en todo el mundo. El lugar ideal para desconectar.